Septima Compañia de Bomberos
“Bomba España”
Valparaíso
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Juana Enriqueta Josefina de los Sagrados Corazones Fernández Solar, “Santa Teresita de los Andes” falleció un 12 de abril de 1920. Pertenecía a las carmelitas descalzas.
El Papa Juan Pablo II la beatifico el 3 de abril de 1987, durante su visita a nuestro país. Posteriormente canonizada en la basílica de San Pedro en el Vaticano, el 21 de marzo de 1993.
Santa Teresita nació en el seno de una familia acomodada, hija de Miguel Fernández Jaraquemada y de Lucía Solar Armstrong. Fue bautizada en la parroquia Santa Ana en la ciudad de Santiago en 1901. Estudio en el Colegio del Sagrado Corazón de Santiago, desarrollo su apostolado con los más pobres desde pequeña. A los 14 años, decidió consagrarse a Dios como religiosa carmelita descalza. Ingresando al «Monasterio del Espíritu Santo de las Carmelitas Descalzas de Los Andes». Recibiendo el nombre de Teresa de Jesús.
Cumplía los once meses en el convento cuando murió de tifus y difteria a las 19:15 horas del 12 de abril, tenía 19 años. Antes de fallecer, profesó como religiosa carmelita in articulo mortis. Fue inicialmente sepultada en el cementerio del convento y en 1940 fue trasladada al coro bajo, junto a la nueva gran capilla.
En 1987 el 18 de octubre, las carmelitas descalzas fueron trasladadas el nuevo convento y santuario, ubicados en el sector de Auco, comuna de Rinconada. Donde se encuentra los restos de Sor Teresita. Su memoria se recuerda el 13 de julio, aniversario de su nacimiento.
El convento antiguo de Los Andes fue declarado monumento nacional y aún se conserva, pudiéndose visitar la capilla, la gruta y el museo, donde se ilustra la vida de santa Teresa de Los Andes. El santuario de Auco, es uno de los mayores lugares de peregrinación de nuestro país, visitado durante todo el año.
Me permito recordar que un 04 de diciembre de 1985, el voluntario de la Sexta Compañía de Bomberos de Santiago, Héctor Uribe Carrasco, cayó desde un techo y recibe una descarga eléctrica, mientras combatía un incendio. Los médicos lo declaran «clínicamente muerto». Sus compañeros se encomendaron a Sor Teresita. Colocaron una reliquia de la Santa en el pecho del voluntario accidentado. A los pocos minutos el bombero Héctor Uribe comienza a tener signos vitales. Los médicos quedan absolutamente sorprendidos. El bombero se reanima gracias a la intervención de Sor Teresita.
Este acontecimiento fue enviado a Roma. De los tantos milagros y favores concedidos, adjudicados a la intercesión de Sor Teresita, es éste es la prueba final que el Consejo de Teólogos aprueba en el paso final del proceso y que llevó a Teresita a la gloria de los altares.
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