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Guardia Nocturna

Guardia Nocturna

Desde un comienzo, desde la Asociación contra incendios hasta la fundación del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, como tal, en junio de 1853, siempre existió y existe la convicción de ofrecer un servicio competente y efectivo.

A mediados y finales del siglo 18, por las noches, los serenos tenían la misión de dar la alarma de incendio, gritando “A Fuego” y a continuación la dirección de la emergencia.  Este grito se pasaba de voz en voz por los serenos, hasta llegar a toda la ciudad, además de tocaba una campana “llamando a fuego” Método para época de 1853 en hasta fines de 1892 efectivo para esos años, pero demoroso. Además,  cada bombero debía tener en la puerta de su casa, una placa con forma de estrella y el número de su compañía, que lo identificaba como miembro del cuerpo de bomberos, de esta forma todo sabían que allí vivía un bombero y en las noches los policías, golpeaban la puerta avisando de un fuego y estos salían vestidos con la tenida de bomberos al lugar amagado.

Claramente este sistema, a pesar de la buena intención, no era muy práctico y para un buen servicio, algo había que hacer. El 21 de agosto 1921, el comandante señor Rafael Luis Barahona San Martín de la 3º Cía., informa de la necesidad de contar un lugar en los cuarteles, donde los voluntarios pudieran pernoctar cómodamente y estar disponibles en forma inmediata en horas de la noche y madrugada. La Novena Compañía de Bomberos de Valparaíso, fue la primera  Compañía en poseer guardia nocturna, la que inaugura un 07 de agosto de 1921. Posteriormente la siguieron las otras dos compañías de escalas.

La Séptima Compañía de bomberos, no fue hasta 1949 que inauguró oficialmente la guardia nocturna. El socio cooperador de la Bomba, español residente en esta ciudad, Don Casto Carretero del Mudo, fue entusiasta de la idea de la guardia y junto al capitán de la época Fernando Peón Veiga, se abocaron a esa idea. En la construcción del nuevo cuartel en 1948 se consideró una guardia nocturna para albergar 4 voluntarios, los futuros guardianes. El sr. Carretero solvento la habitabilidad del lugar, camas, ropa de cama, entregando 5 roperos grandes y espaciosos. Cuatro para cada guardián y uno para guardar la ropa de cama.

Ese mismo año comenzó a funcionar la guardia nocturna como tal, siendo este servicio nocturno de vital importancia, en cuanto a la rápida respuesta que se puede entregar en emergencias en la noche. En rigor todos los voluntarios deben pasar por cubrir guardia nocturna, en ella se aprende a convivir y compartir con sus hermanos de ideal. Entrelazando los lazos de amistad, provocando que este afecto se conserve por toda la vida.  Del mismo modo, se aprende a fuego, el combate en las emergencias, que actualmente, no solo son los incendios, sino también, varios tipos de emergencias que les corresponde a bomberos atender. La guardia nocturna es  la primera escuela del bombero Séptimo, ser guardián es un privilegio, se les reconoce y se les distinguen con el nombramiento de “Guardián”. El guardián Séptimo tiene que dar el 107% de su capacidad. Es en esta guardia nocturna donde se forja realmente cada séptimo, pues le corresponde ser el primero en intervenir, deberá desplegar toda su capacidad y poner a prueba todo lo aprendido, la teoría llevarla a la práctica.

Consta en el reglamento el horario rígido de guardia, desde la 00.30 hasta las 07.00 horas. La guardia está a cargo de un oficial, o en su ausencia, el voluntario más antiguo, quien tiene atribuciones y deberes claramente estipulados, lo mismo para los guardianes. Durante la guardia la Compañía está en servicio, preparada para acudir raudo a cumplir con el deber.

Las novedades y contingencias de esta guardia nocturna se registran a diario en un libro llamado “Libro de Guardia Nocturna”, donde solo el jefe de guardia escribe las novedades y por derecho propio el Capitán, quién es en definitiva es el jefe de la Guardia.

La guardia nocturna, desde el momento en que caen los tonos de alarma, tiene como máximo 3 minutos para vestirse, tripular y salir con el carro bomba en dirección a la emergencia.

El nombre de la guardia nocturna de la Séptima Compañía corresponde al ciudadano español benefactor Sr. “Casto carretero Del Mudo” por su valiosa e entusiasta contribución en establecerla. Al mismo tiempo, se reconoce en el recordado voluntario don Manuel Gancedo Zardoya,  voluntario que hasta su muerte, vivió en la guardia nocturna, con una placa recordatoria que comparte el nombre de la guardia nocturna con el del señor Carretero Del Mudo. Esto es en un reconocimiento implícito a todo bombero que han pasado por la guardia, cuyos nombres están grabados en las novedades del libro de guardia desde 1949.

Actualmente la guardia nocturna tiene capacidad para 6 voluntarios, baños, sala de vestir y de estar, exclusiva para ellos, y son los encargados de cubrir las emergencias entre las 00:30 y 07:00 hrs.

Al día de hoy la Guardia Nocturna, posee integrantes en el carácter de permanente, siendo éstos los siguientes bomberos:

Jefe de Guardia – Ayudante Héctor Muñoz Bustamante

Guardián – Secretario General CBV; MHCB Eduardo Díaz Saavedra

Guardián  – MHCB Hans Loaiza Giacaman

Guardián  – BA Joaquín Sepúlveda Contreras

Guardiana – BA Valentina Fuentes González

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Unidades en Servicio

En servicio:

Unidad 71 «Fernando Rioja»

Unidad 72 «Enrique Campusano»

Registro Histórico

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