Septima Compañia de Bomberos
“Bomba España”
Valparaíso
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Artículo publicado en el diario digital abc/España en el día de ayer lunes 27 de noviembre, el que transcribo.
Los restauradores de la obra en Sotillo de la Ribera (Burgos) encuentran en el interior un documento de 1777 con información económica, política y cultural de la épocaUn regreso al pasado y no sólo para recuperar lo más fielmente posible la talla que tenía en sus manos. Es lo que han hecho los restauradores de una talla del siglo XVIII localizada en una iglesia del municipio burgalés de Sotillo de la Ribera, que han encontrado oculta en el interior de la obra una cápsula con información económica, religiosa, política y cultural de la época.Los trabajos, realizados por la empresa Da Vinci Restauro, con sede en Madrid, sobre este cristo, conocido como «Cristo del Miserere», localizado en la iglesia de Santa Águeda han sacado a la luz un documento fechado en 1777 y firmado por el capellán de la catedral del Burgo de Osma, Joaquín Mínguez, que identifica al escultor autor de la talla, pero también aprovecha para comunicarse con el futuro al aportar detalles sobre el momento en que se encontraban.El documento, redactado con una cuidadosa caligrafía, consiste en dos pliegos escritos a mano por ambas caras que los restauradores encontraron al quitar la pieza del paño que cubre las nalgas.Según ha explicado a Efe el historiador Efrén Arroyo y miembro de la Cofradía de Semana Santa de Sotillo de la Ribera, promotora de la restauración de esta talla dieciochesca, este hallazgo es sorprendente y singular porque «si bien es usual que muchas esculturas estén huecas, no lo es tanto encontrar en su interior unos documentos escritos a mano». En su opinión, y una vez examinado el documento, la decisión de hacer este escrito y guardarlo en el interior de la estatua de madera parece una ocurrencia o juego entre el firmante del mismo, el capellán de la catedral del Burgo de Osma, y el autor de la talla.Parece también que su intención era que se descubriera cientos de años después, por lo que el hueco existente en las nalgas del Cristo ha actuado como una «cápsula del tiempo».El capellán Joaquín Mínguez explica en su escrito que la estatua del Cristo fue esculpida en madera por Manuel Bal, «Académico natural de San Bernardo de Yagüe y vecino en Campillo, ambos de este Obispado de Osma». Detalla también que fue autor de otras figuras del altar, así como que el vecino Juan Antonio Serrano y Mañero, canónigo de Santiago, corrió con los gastos de las obras.Asimismo cita diversos eventos, nombres de regidores, al rey Carlos III, además de lo que se cultivaba en el Obispado del Burgo de Osma: «Cosechas de trigo, centeno, cebada, avena», con especial alusión al vino «en tierra Aranda», asegurando que «es muy numerosa su cosecha muchos años, tanto que en este tiempo se ha visto, por no coger en las bodegas, derramar mucho vino».Habla de las enfermedades más comunes «tercianas y cuartanas» (fiebres del paludismo de tres y cuatro días), «dolor de costado, tabardillos» (fiebres tifoideas) y hasta de los entretenimientos preferidos por la población, «naipes, pelota, calva, barra y otros juegos pueriles». En otro apartado del documento detalla datos más generales. Todas, referencias que muestran la intención de querer dejar constancia para la posteridad de cómo era el mundo que rodeaba al capellán soriano en 1777.Copia al archivo: La Coordinadora de la Semana Santa de Sotillo ha enviado el documento original al archivo del Arzobispado de Burgos, donde se conservan el resto de documentos del Archivo Parroquial de Sotillo de la Ribera. Pero también ha decidido guardar una copia del mismo en el interior de la talla del Cristo para que continúe cumpliendo la intención del capellán firmante, que generaciones futuras sean testigos de la realidad presente de Joaquín Mínguez y del escultor Manuel Bal.
Gentileza diario abc/España
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