Ayer se llevo a efecto la celebración de San Prudencio, patrono de Álava y se celebra desde el año 1644 en el país Vasco, siendo la principal celebración en Vitoria Gasteiz, su capital.

San Prudencio de Tarazona nació en Armentía, una aldea alavesa en cerca del año 550, fue un clérigo que llegó a ser obispo. A los 15 años se retiro y se convirtió en un ermitaño por siete años, en contemplación y en busca de su camino fundamental en la vida. Luego se dirigió a Calahorra donde se encontraba la diócesis. En su trayectoria evangelizo a muchas personas y se cuenta que realizó muchas curaciones milagrosas, a diario una gran cantidad de enfermos acudían a él en busca de sanación, agobiando su existencia y se retiro a Tarazona en busca de paz. Falleció en Burgo de Osma Soria, un 28 de abril, no se cuenta con el año de su fallecimiento.

Se sabe que entre la diócesis de Osma, existían muchas diferencias entre el obispado y el clero, y fue elegido obispo para subsanar esta situación, labor que la llevo a cabo a la perfección, gracias a su intervención de aspecto casi divino, logró lo esperado. En ese tiempo poseía gran notoriedad por sus sanaciones milagrosas.

La tradicional celebración comienzo en día 27 de abril, en la víspera de la festividad, donde se interpreta una retreta en la plaza de Vitoria Gasteiz, con una gran concurrencia de familias enteras que se acercan en torno a la plaza a disfrutar la música. Por la noche las sociedades gastronómicas salieron a la calle, como lo han hecho desde 1976. Delante de la formación las majorettes, con lucida presentación van seguidas de tambores, cantineras, barriles y aguadoras, todos al ritmo acompasado de la fanfarrea.

Y el día 28 se centra la celebración con la romería popular en la Basílica de Armentía.En Vitoria Gasteiz, se celebro con una Tamborrada donde las familias disfrutaron de la festividad, durante todo el día y en diferentes partes se realizaron actividades de celebración. Este año, algo nunca visto anteriormente según lo organizadores, miles de personas han salido a las calles en familia para la celebración. Terminando la celebración con un tardeo, que consiste que antes de anochecer, las familias se juntan para comer y beber antes de que el sol caiga. Antes las sociedades gastronómicas han desfilado por las calles, haciendo gala de sus cualidades propias. Esto se llevó a cabo en bares, restaurantes y en los propios txoko de cada casa, (lo que conocemos como quincho, comedor, asadero).

Este año se innovo una cena especial que al terminar la procesión, en las puertas del Hotel Canciller Ayala, se realizo una cena para 200 personas representantes y pertenecientes a la comunidad.

Finalizó esta festividad, donde luego del postre todas las familias concurrieron al quiosco de la Florida para escuchar la retreta de San Prudencio.