Una situación inesperada y que cuesta creer, es lo sucedido en la madrugada de ayer a los bomberos de Pilar de la Horadada. Los que acudieron a un incendio en una zona de invernaderos junto al pantano de La Pedrera. Pilar de la Horadada, se sitúa en el extremo sur de la provincia de Alicante, es un municipio en la Comunidad Valenciana, España. Según dio a conocer El Consorcio Provincial de Bomberos de la localidad, recibieron la alarma de desde la policía, a eso de las 00.40 horas. Indicando de un fuego en un invernadero, con una vivienda en segunda planta, y que al parecer había una persona atrapada por el fuego. Dada esta información, el Consorcio despacho a los efectivos del parque de bomberos Torrevieja-Vega Baja Sur. Al llegar al lugar el oficial de bomberos y su dotación, se encontraron con un escenario muy distinto a lo que indicaba la alarma. Un transformador de media tensión ardía y había un hombre junto a este, que usaba este equipo como vivienda fortuita. Rápidamente procedieron al rescate del individuo, que luego se supo que era de origen Magrebí , (oriundo del África del norte). El rescate fue difícil y peligroso, puesto que el fuego irradiaba gran cantidad de energía calórica al acercarse. Encontraron al hombre con sus ropas humeantes y su cara tiznada. Los dos bomberos que rescataron al individuo, no podían creer, que este había sobrevivido y se dieron cuenta que el trasformador se encontraba fuera de servicio, pero con aceite en su interior. El hombre había ocupado este equipo para transformarla como vivienda. Los bomberos de Torrevieja, recabaron información de que este lugar era ocupado por varios trabajadores ocasiones para pernoctar durante la noche. La labor de rescate fue llevada con éxito por el Sargento José Miguel Robles y el bombero Sergio Aliaga, los que tuvieron que implementar todos sus conocimientos y experiencia para llevar adelante el rescate. El hombre fue llevado por una ambulancia a un hospital cercano, hasta ahora no se sabe de su condición de salud. Los saludos y felicitaciones para los bomberos Robles y Aliaga, de parte de sus colegas y de otras dotaciones, no se hicieron esperar.