Hace 30 años atrás, un incendio que comenzó el día 4 y finalizo en la madrugada del día 5 de agosto, se llevó la vida en acto de servicio de diez bomberos.

El lugar del incendio fueron los almacenes Aries, ubicados en la calle Montera en Madrid. Cuando el reloj marcaba las 02.15 horas, la cita obligada del deber para 10 bomberos madrileños estaba ya escrita en la lista del martirologio del Cuerpo de Bomberos de Madrid.

Cuando ya se había dominado el fuego y los bomberos se encontraban realizando operaciones de remoción de escombros, el techo de los almacenes se desplomo, llevándose a la vida de estos bomberos. En medio de la tragedia el desconcierto asolo a todos sus compañeros, que de inmediato trataron de rescatar a los suyos, tratando de llegar hasta ellos lo más rápido posible.

El trabajo de la búsqueda de sus compañeros demoro cuatro días, los tres pisos superiores sepultaban para siempre la vida de estos hombres de casco y cotona.  Largo y penoso trabajo, que  solo dio frutos el día 9 de agosto, pudieron dar con los mártires del deber. La pena y la amargura se apodero de toda la ciudad y las palabras de profundo pesar embargo  a todo Madrid.

Ayer en la calle Montera, los oficiales de bomberos, bomberos, autoridades municipales, autoridades de la ciudad, y familiares de los mártires, recordaron los 30 años de la partida de esos nobles bomberos.

El delegado de Salud, Seguridad y Emergencias, Javier Barbero, destacó “los valores de la entrega, la solidaridad, y el estar al pie del cañón ante las dificultades que pueden producirse en esta ciudad”. Un sentimiento de “unión” que también remarco la alcaldesa Marta Higueras.

Los Almacenes Arias ya habían padecido otro gran incendio en enero de 1964. Fue uno de los fuegos de mayores proporciones registrados en Madrid desde la Guerra Civil. No hubo víctimas, pero ardieron las cinco plantas y dos sótanos del inmueble. Salvo la estructura metálica, hubo que reconstruirlo todo. Sin embargo, aquella noche de 1987, el fuego no tuvo piedad y segó la vida de una decena de profesionales.

Fueron presentadas en la placa recordatoria 10  rosas que simbolizan los 10 bomberos mártires. Momentos emotivos para los familiares presentes fueron esos instantes. Cada rosa, uno por cada parque de bomberos, recordaron ayer a estos «soldados sin ejército que galopaban entre llamas». “Aún echamos de menos a quienes se fueron sin equipaje, de madrugada y con lo puesto, sin rencor, ni ira ni remordimiento a cambio de cariño y esmero”. Expreso el que ahora es suboficial jefe de área, Emeterio García. En que en 1987 estaba destinado en el parque 5, el de Santa María de la Cabeza, cuando avanzo con su carro bomba al siniestro y 10 no regresaron.

“Querían llegar antes pero que se fueron los primeros” fue parte de las palabras en recuerdo a sus compañeros del suboficial E. garcía.