Para hablar de bomberos en Chile, necesariamente debemos referirnos primero a Valparaíso, debido a que en esta ciudad se fundó el primer cuerpo de bomberos del país. Los bomberos fueron el resultado obligado de un cambio que se produjo, de lo que fuera un incipiente puerto a una ciudad  cosmopolita con nuevos desarrollos urbanísticos.

En el amanecer de la ciudad porteña, allá por el siglo XVII, dada su ubicación privilegiada fue adquiriendo paulatinamente una visión de ciudad importante y a mediados del siglo XIX, Valparaíso se le conocía como la “La Perla del Pacifico”. Poseía una hermosa rada, un expectante comercio  y una posición estratégica importante.

Este auge trajo consigo a que se avecindarán en nuestra ciudad muchos ciudadanos extranjeros, que venían a buscar una oportunidad y un porvenir. También llegaron a potenciar sus propias arcas. Familias adineradas llegaron a la ciudad, trayendo consigo, cultura y expansión  estructural, en cuanto a las nuevas edificaciones para sus propios hogares, clubes, oficinas, bodegas, almacenes y comercio en general. La expansión de la ciudad se desarrolló vertiginosamente.

Pero todo el esfuerzo de los nuevos habitantes que impulsaban a Valparaíso a ser  una ciudad pujante, se veía permanentemente amenazada por un elemento desbastador, el fuego.

Para 1835 existían un grupo de hombres denominados “Cuerpo de Milicianos” los que contaban con la venia del Presidente Gobernador de Valparaíso, Don José Matías López.  En  caso de fuego estos acudían a apagarlo, siendo siempre ayudados por marinos de los barcos en el puerto y soldados de la guarnición de la ciudad. Pero no daban los resultados esperados, falta de autoridad dentro de la organización, sin preparación y menos elementos para combatir el fuego, sepultaron las buenas intenciones.

Los incendios ponían en peligro la vida de los ciudadanos, pérdidas millonarias en propiedades y en materias primas para el comercio.

El diario El Mercurio titulaba así, el día lunes 16 de diciembre de 1850 en su portada.

“Valparaíso ha permanecido ayer durante seis horas en la mayor consternación, mientras el fuego destruía las dos aceras de la calle El cabo, amenazando a la ciudad con sus espantosos estragos”

En ese entonces existía una “Brigada de Infantería Cívica de Bomberos”, un grupo de bomberos zapadores al mando de su comandante Juan Agustín Vives Galeas, trabajaron en el siniestro, siendo sus esfuerzos menores, comparados con el fuego.

El fatídico incendio en la madrugada del día domingo 15 de diciembre de 1850, dejo en manifiesta  que la hora de la formación del Cuerpo de Bomberos era una necesidad.  Urgía necesariamente organizar un sistema para combatir los incendios.

A  través del diario El Mercurio, se instó a la comunidad porteña a formar la Asociación contra incendios.

En la sala de la Intendencia se reunieron por primera vez un 19 de diciembre de 1850, bajo la  autoridad de don José Santiago Melo Mendoza, En ese momento subrogante del intendente Manuel Blanco Encalada. En una decisión unánime los vecinos decidieron crear una comisión organizadora que propusiera medidas para combatir los incendios. Esta comisión estaba formada por connotados vecinos del puerto. Quienes además debían de solicitar los fondos necesarios a la autoridad para comenzar a desarrollar la idea de la creación de los bomberos.

Los vecinos señores Juan Brown, José Cerveró, Nicolás Gatica, Guillermo Müller, José Tomás Ramos y Martín Stevenson, gracias a su influyente posición hicieron cabeza y desarrollaron además algunas normativas dirigidas a menguar el daño del fuego. Se ordenó la limpieza periódica de las chimeneas, cuidar el almacenaje de productos de fácil combustión y que la policía, debía realizar rondas preventivas.

Se trabajó durante varios meses  en formas exhaustiva y coordinada, demostrando desde ese entonces la capacidad organizativa de estos ciudadanos. Las distintas comisiones rindieron cuentas de los resultados de sus obligaciones, siendo todas positivas.  Los inventarios estaban al día, el material contra incendio ya adquirido a buen recaudo. Las obligaciones y responsabilidades ya establecidas por escrito. La configuración  interna ya establecida. Se enviaron las cartas a todos las autoridades civiles y militares del país, dando cuenta de la formación del Cuerpo.  Solo faltaba sellar el compromiso con los nombres de los futuros bomberos.

El 30 de junio de 1851, se reunieron en la intendencia y fueron formadas dos Compañías de agua, una de hachas y escalas y una de guardia y Propiedad.  Siendo oficialmente constituido el primer Cuerpo de Bomberos del País. Fue el primer Superintendente y Comandante Don José Tomás Ramos Font.

Ocho días después de su fundación el Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, tuvo su primera emergencia en el vapor Perú, el que encallo y se incendió. A raíz de un fuerte temporal sus carboneras se incendiaron y la Asociación Contra Incendios de Valparaíso, debió trabajar largas horas para controlar la emergencia. El trabajo bomberil fue notoriamente ordenado y eficaz, los recursos bien utilizados y ordenes claras.

Han pasado 166 años de existencia, y el espíritu de entrega de estos nobles caballeros se mantiene vigente e incólume. La historia del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, se lleva escribiéndose desde esa época y seguirá por siempre.